El título de cabecera es una de las frases que dijo alto y claro el multifacético escritor Luis García Montero el pasado domingo 18 de enero durante la vigésima octava Marea Blanca que convocó en la Mesa en Defensa de la Sanidad Pública de Madrid (MEDSAP)– Marea Blanca; en ella se manifestó, una vez más, ese tesón que hemos mantenido, contra viento y marea, durante más de dos años y medio y que se inserta en un programa de acciones-denuncia de todo tipo entre otros cometidos de su estrategia.
La salud no puede ser un negocio; que se cumpla eso solo es posible en “ una Sanidad Pública que no tenga su mirada en el dinero, sino en los ojos de los pacientes y en las necesidades reales”, como señaló a su vez la directora y actriz Marisa Tejada, quien también estuvo con nosotros en la Puerta del Sol. Sabemos que tenemos algo muy grande que conservar; hay un refrán que dice que “la salud es la mayor riqueza” y eso no lo pueden hacernos olvidar ni los políticos ni los mercados, ni un cambio en el artículo 135 de nuestra Constitución, interesadamente transformado para pagar una deuda que no nos corresponde, en vez de pagar Servicios Públicos. Por él estamos sufriendo unos recortes perversos y lesivos que nos afectan a todos pero más a los más vulnerables.
Esta Marea Blanca fue una denuncia colectiva con evidencias del pérfido negocio de la Salud que provocan los recortes, los despidos, los cierres, las derivaciones, los conciertos y, la exigencia de entes privados como las correspondientes a la industria farmacéutica, que ahoga con sus patentes y se enriquece sin fundamento; como es el caso, de lo que sufren los enfermos por hepatitis C y el de muchos otros como son los enfermos de cáncer, los ancianos, los crónicos, los diabéticos, etc., etc., etc…
Nuestra denuncia en esta 28 Marea Blanca, se concentró en el indecente negocio de la salud; ese que, por avaricia, logra provocar muchas veces la muerte y el malestar de las personas y su deterioro físico y psíquico por defecto, como les sucede a los afectados de hepatitis C que no reciben sus tratamientos; situación extrema de los 30.000 personas con dicha enfermedad en estado de máxima necesidad al no recibir todos ellos el Sovaldi, nuevo medicamento de Gillead que cura en un 96 % de éxito; con este trato injusto se está vulnerando además el derecho de auxilio.
Pero el apoyo comercial a las farmacéuticas se produce, contradictoriamente también, por exceso, como sucede con los pacientes de Salud Mental, la gran olvidada, que están siendo extraditados a la nada con la destrucción de un modelo comunitario que los mantenía en un ambiente idóneo para su equilibrio frente a un modelo hospitalo-centrista fundamentado en la medicalización o en las consultas de alta resolución; fórmulas en las que sólo caben «pastillazos» que tapan los síntomas y perjudican los cuerpos y las mentes.
De igual forma exigimos la anulación del convenio entre el Centro de Transfusión de la CM y la Cruz Roja, que mercantiliza las donaciones de sangre y que, además, se está incumpliendo. Para saber más de todo ello, podéis seguir toda la lectura del manifiesto en el video que nos grabó Carlmelchor, para dejar constancia de cuáles son los peligros que nos siguen asaltando y sobre los que no vamos a dejar de denunciar.