Sirva esta entrada de aviso para señalar la importancia de las acciones activas de la Marea Blanca en la calle cada tercer domìngo de mes. Eso ha marcado una resistencia insobornable al desaliento de quiénes hemos creído que NO ES NO. De todos los que hemos mantenido que el movimiento social es imprescindible para alertar, refrescar, anunciar y enseñar a poner la flecha en la dirección permanente de los distintos gobiernos que quieren hacer creer que sólo queda la resignación y someterse a los dictados de unos cuantos elegidos que marcan la agenda en los espacios intitucionales por designación, nunca por subplantación. Ellos han de ponerse al servicio ciudadano; no al revés. Uno y otro mes ponemos la flecha contra esas políticas que, enfrascadas en los despachos, han olvidado programas, obligaciones, decisiones ajustadas a unas directrices que la planificación adecuada desecha por virulentas e insalubres.
Vamos a por la Quincuagésima Marea Blanca, sin fallar un sólo mes, sin quebarnos la voz. Allá quiénes no lo entienden, que los hay; allá quienes se consideran sustitutos de esta voz del pueblo llano sin sueldos, sin tapujos, sin caretas, sin maquillajes, de tu a tu, conciliando con todas y todos los que defendemos otro mundo y hacemos de la salud el emblema obligado para cualquier gobierno por el cambio. Por eso decidimos dar la cara y mirar a los ojos a nuestros ciudadanos y vecinos además de trabajar en otros numerosos espacios de reflexión, de participación, de extensión, de ámbitos convergentes con otros segmentos, de humanización y puesta en práctica del poder civil y su profundo compromiso por resistir contra la lacra neoliberal y sus poderosos engendros. En este tiempo nos hemos expandido con otros movimientos en el entorno del Estado Español y hemos compartido las luchas y exigencias con ámbitos europeos e internacionales. Nuestro trabajo ha sido altamente gratificante queriendo recordar a los políticos que estar en las instituciones por parte de algunos defens
ores de mucho de lo que defendemos en ningún caso sirve para sustiruirnos como movimiento social. La historia ha dado demasiados ejemplos de cómo la delegación de la política en lo institucional exige de una permanente revisión extra muros; no hay otra forma de mantener viva la democracia. Lo otro da lugar a una fórmula inconcreta, incompleta y falta de visualización minuto a minuto y queda limitada a una votación cada cuatro años que suele desviarse de los objetivos previstos. Por ello, os invitamos a ser parte activa civil.