El 10 de diciembre es el Día Internacional de los Derechos Humanos (DDHH) y queremos que sea también de la Tierra y otros derechos emergentes, como la Renta Básica Universal e Incondicional. Estamos aquí no para celebrarlo sino para recordar su incumplimiento a manos de este sistema neoliberal-capitalista y de los Estados y sus Gobiernos que están obligados a cumplirlos y hacerlos cumplir y actúan sin respeto contra las personas y la Tierra, sistema indivisible y autorregulado de seres interrelacionados. El incumplimiento de los Derechos Humanos no debe quedar impune.

Quienes aquí estamos, activistas de muchos grupos y personas a título individual, queremos manifestar que dichos derechos o están insuficientemente reconocidos o simplemente no existen. Exigimos que las personas de cualquier lugar del planeta merecen por igual tener una vida digna con las necesidades cubiertas como son la vivienda, salud, educación, derecho a una vida libre de violencias y a los suministros básicos: agua, saneamiento, luz y calefacción.
La Declaración Universal de los DDHH fue adoptada por la Asamblea General de Naciones Unidas en 1948, para evitar actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad y que recoge bajo tres conceptos básicos: libertad, justicia y paz, y desarrolla en 30 artículos, derechos que son universales e indivisibles, que son imprescindibles para la vida y el progreso humano.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos en su Articulo 1º, dice: Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.
En estos últimos años, la prueba de estrés de la Covid-19 ha puesto en evidencia los fallos enormes del modelo neoliberal que hace del mercado el único progreso posible y el único pensamiento. Esta pandemia dice con claridad que hay una enorme crisis sistémica que ha provocado una crisis social sin precedentes, también ecológica, política, económica y de valores. Las personas y el medio ambiente sufren un avance en las desigualdades y una alarmante situación de precariedad generalizada configurando un mundo a la deriva.
Todos los derechos son vulnerados en algún país del mundo y ningún país los cumple todos en su totalidad: ni se garantiza una vida digna, ni se respeta la Tierra y sus ecosistemas. Siguen existiendo violencias y asesinatos de mujeres por ser mujeres, prohibiciones a las personas a migrar a cualquier territorio, no se respetan los derechos de la infancia, el derecho a una muerte digna, el derecho al agua, el derecho a la vivienda, el derecho a la salud, el derecho a un trato digno con ausencia de maltrato en salud mental, diversidad funcional y personas en prisión, etc.

Ante las vulneraciones constantes de los DDHH y de la Tierra, la pasividad de los Estados y su complicidad, somos las personas y los movimientos sociales las que necesariamente tenemos que salir en su defensa. Llamamos a la organización y movilización para exigir y garantizar el cumplimiento íntegro de los DDHH y de la Tierra, y seguir avanzando en la defensa de los mismos y en la construcción de sociedades justas y respetuosas con la Naturaleza.
Queremos recordar y agradecer a las personas defensoras de los DDHH y de la Tierra en todo el mundo, y denunciar las que son asesinadas y desaparecidas.
